miércoles, 30 de junio de 2021


 Mil Mesetas, entre café y bromelias


Milmesetas S.A.S. es una empresa localizada en Pasca, Cundinamarca, que está escribiendo una nueva historia para la finca de una familia y la comunidad de su entorno. Para Diego Benavides su gerente, más que un proyecto agrícola es un conjunto de vivencias buscando una agricultura amigable con el medio ambiente, una experiencia de campo en relación orgánica con todos los seres. “Somos un vínculo directo entre su casa y la tierra, una tierra que habitamos y queremos compartir”, enfatiza el asociado de Colviveros.


¿Cómo se concibió este proyecto integral que involucra producción de café orgánico, con bromelias en maceta y heliconias como flores de corte?

Ha sido un proceso en el que hemos venido transformándonos. Inicialmente, hacer un tránsito de una agricultura más o menos intensiva de producción de alimentos, a una más sustentable, llevábamos más de 40 años cultivando comida. Evidenciábamos en la zona y en nuestra propia tierra un particular agotamiento. Si bien sembrar comida es una necesidad, estábamos contra las cuerdas, nos enfrentábamos a créditos caros, precios bajos y el estrés por mantener las dinámicas de producción de este tipo de cultivos. 


Por el año 2007 decidimos que se necesitaba un cambio, que no podíamos continuar como veníamos, que debíamos cambiar el espíritu de la finca. Primero fue el café, esto implicó sembrar un bosque y de alguna manera restablecer un vínculo con la tierra, luego vino el cultivo de la Strelitzia reginae o ave del paraíso, un cultivo de un carácter más perenne, estable. También en el área de invernadero donde sembramos tomate alguna vez, establecimos un cultivo de Ruscus que luego dio paso al de bromelias. Con las bromelias llevamos un poco más de 10 años, en los que hemos venido fortaleciendo un amor por estas plantas, conociendo sus detalles y proceso de cultivo. 


Otro elemento relevante fue constituirnos como empresa y comenzar a trabajar en los compromisos y las ventajas que esto implica.


¿Otros aspectos importantes del proceso tienen que ver con la recuperación de bosques y suelos?

Efectivamente, podemos decir que desde el inicio el proyecto se concibió con una vocación orgánica. Cambiar el espíritu de la finca significaba, poner como prioridad un proceso de recuperación que contemplase varios aspectos integrales. Por un lado, dejar el uso de productos que hiciesen daño al suelo, al agua y a otros seres e implementar prácticas amigables, y por otro, recuperar el paisaje. Sembrar el bosque para el café fue el primer paso en este aspecto. 


Ha sido un trabajo lento, de paciencia, de contemplar y atender los ritmos de la misma naturaleza, poco a poco los árboles crecieron, llegaron aves que nunca habíamos visto así mismo todo nuestro ecosistema cambió, ahora todos trabajábamos en un espacio más sano. En este proceso continuo hay muchos aspectos en los que seguir trabajando, pero vale la pena.


¿Quiere decir entonces que Mil Mesetas en un ejemplo que demuestra que la producción agrícola puede generarse en armonía y equilibrio con la naturaleza?

Es nuestra apuesta, no ha sido fácil, pero es necesario. No solamente es luchar por necesidades inmediatas, sino pensar también a largo plazo, en un legado para nuestros hijos y el derecho de todos los seres de poder convivir en esta tierra. Si bien es difícil, hay que trabajar con esa ruta en mente, como humanos, creemos, somos muy resistentes y podemos sobrevivir en entornos muy agrestes, pero sería un pena encontrarnos en algún momento solos, sin la compañía de plantas o animales, de otros seres.


¿Desde su perspectiva, hacia donde va el viverismo nacional?

El viverismo puede hacer parte del ADN nacional, somos privilegiados al convivir en un territorio con una gran diversidad. Así mismo esto implica una importante responsabilidad, de cuidado, de preservación, de relación sustentable con el entorno. Debemos fortalecer un viverismo consciente de estos aspectos, en compañía de investigación local, fortaleciendo vínculos con otras áreas, permitiéndonos conocer mejor lo que tenemos. Entre más conocimiento haya de nuestro entorno, entre más nos eduquemos sobre especies nativas, podremos entre otras cosas educar a los clientes sobre la importancia de cuidar y propagar estas plantas. Además posiblemente permita diferenciarnos con productores de plantas de otras regiones del planeta.


¿En momentos tan complejos, cómo esperan aportar al desarrollo colectivo del viverismo y de la producción de ornamentales en Colombia?

Recientemente estamos vinculándonos a la comunidad del viverismo, una comunidad que tiene una importante historia.  Esperamos poder compartir parte de nuestra experiencia, de nuestras motivaciones, fortalecer nuestro entorno inmediato, pero también el territorio, la comunidad. Este país está creciendo a grandes pasos, hay una explosión demográfica que debe invitarnos a pensar en su impacto en el entorno y como el viverismo es también conservación, desde este sector podemos aportar un grano de arena.





Diego Fernando Benavides

+57 (320) 233 1398

contacto@milmesetas.com

https://https://www.milmesetas.com



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